La tristeza es esa emoción que incomoda, tanto al que la padece como al que la observa. Hoy en día está mas naturalizado hablar de sexo que hablar de la angustia. Porque la tristeza es tabú, y la gente triste contagia, y si algo nos enseñó la pandemia es que lo que contagia se tiene que aislar, hasta que se encuentre bien. No se habla de ella como algo leve, se trata con delicadeza. Como un cristal. Hay que tener mucho cuidado, porque la persona que esta triste, si no se maneja con cuidado se puede romper. Pero la gente no es delicada, uno no puede ir por la vida siendo de cristal, porque la vida es dura, y hay que aguantar sus golpes. Entonces aprendimos a aislarnos, a escondernos de la vida hasta que la tristeza desaparezca. Entonces nos encerramos y observamos desde adentro a través de una ventana. Miramos la calle, algunos coches, edificios, gente caminando. Pero nos olvidamos de ver el vidrio de la ventana, y en eso nos convertimos, en algo que está y no está. La ilusión de la transparencia como una especie de regulador de distancia. Y es que, cuando nos encontramos tratandonos como cristal, olvidamos que eso nos hace invisibles también.
TEXTO POÉTICO | PERSONA CRISTAL